1.7.14

Cuéntanos Gerardo




”DOS APÓSTOLES”

Julio nos invita a celebrar a Santo Tomás apóstol y a Santiago el mayor, testigos insignes, amigos entrañables de Jesús.
A Santo Tomás le concede el Redentor, en una muestra de infinito amor y ternura, contemplar en su humanidad resucitada al Señor de la historia, al Dios del cielo y de la tierra: “Señor mío y Dios mío” Y al decir de San Gregorio Magno, “al palpar las heridas del cuerpo de su maestro, curó las heridas de nuestra incredulidad.
Y, en un diálogo de hermanos, Jesús, una vez más, permite al apóstol Santiago, contemplar el cielo, los coros de los ángeles, para cerciorarse de que no sabe lo que dice cuando le pide: “Ordena que se siente uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Y sólo Jesús, el Hijo único de Dios Todopoderoso, sabe del cielo, de la casa del Padre, de su majestad, de su gloria, de la Patria Celestial, de la eternidad.
¡Qué sublimes momentos de amistad íntima viven estos discípulos con su Maestro! ¡Qué magníficas enseñanzas, para descubrir el misterio de la eternidad, reciben del Santísimo Redentor!
Estos Discípulos, los doce apóstoles fueron elegidos y llamados por el Salvador. También nosotros, todos hemos sido elegidos y llamados por Jesucristo nuestro Señor, que nos ha dado una misión qué cumplir.
Extiendo mis brazos a todos mis hermanos, los misioneros redentoristas, para que juntos celebremos, en el cielo y en la tierra, el tercer domingo de este mes de julio, este año, el día veinte, al Santísimo Redentor; titular de nuestra amada Congregación, por medio de la cual, muchísimos hermanos y hermanas han podido viajar al cielo de la santidad y de la fraternidad. Aquí en el cielo es una sola celebración, que no termina jamás, ni atardece, ni anochece. El SOL es pleno desde siempre y para siempre.
Felicidades
muy queridos hermanos y hermanas 
en el Santísimo Redentor.




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