”DOS
APÓSTOLES”
Julio
nos invita a celebrar a Santo Tomás apóstol y a Santiago el mayor, testigos
insignes, amigos entrañables de Jesús.
A
Santo Tomás le concede el Redentor, en una muestra de infinito amor y ternura,
contemplar en su humanidad resucitada al Señor de la historia, al Dios del
cielo y de la tierra: “Señor mío y Dios mío” Y al decir de San Gregorio Magno,
“al palpar las heridas del cuerpo de su maestro, curó las heridas de nuestra
incredulidad.
Y,
en un diálogo de hermanos, Jesús, una vez más, permite al apóstol Santiago,
contemplar el cielo, los coros de los ángeles, para cerciorarse de que no sabe
lo que dice cuando le pide: “Ordena que se siente uno a tu derecha y el otro a
tu izquierda”. Y sólo Jesús, el Hijo único de Dios Todopoderoso, sabe del
cielo, de la casa del Padre, de su majestad, de su gloria, de la Patria
Celestial, de la eternidad.
¡Qué
sublimes momentos de amistad íntima viven estos discípulos con su Maestro! ¡Qué
magníficas enseñanzas, para descubrir el misterio de la eternidad, reciben del Santísimo
Redentor!
Estos
Discípulos, los doce apóstoles fueron elegidos y llamados por el Salvador.
También nosotros, todos hemos sido elegidos y llamados por Jesucristo nuestro
Señor, que nos ha dado una misión qué cumplir.
Extiendo
mis brazos a todos mis hermanos, los misioneros redentoristas, para que juntos
celebremos, en el cielo y en la tierra, el tercer domingo de este mes de julio,
este año, el día veinte, al Santísimo Redentor; titular de nuestra amada
Congregación, por medio de la cual, muchísimos hermanos y hermanas han podido
viajar al cielo de la santidad y de la fraternidad. Aquí en el cielo es una
sola celebración, que no termina jamás, ni atardece, ni anochece. El SOL es
pleno desde siempre y para siempre.
Felicidades
muy queridos hermanos y hermanas
en el Santísimo Redentor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario