28.2.14

LA MISA NO SE ESCUCHA, SE PARTICIPA




LA MISA NO SE ‘ESCUCHA’, SE PARTICIPA
PAPA FRANCISCO
 (En Santa Marta 2014-02-10)

"El Señor desciende como una nube sobre el Templo, viene colmado por la gloria de Dios. Esto ocurre en la celebración litúrgica. La celebración litúrgica no es un acto social, no es una reunión de los creyentes sólo para rezar juntos. En la liturgia, “Dios está presente”, su presencia es real. En la Misa, “la presencia del Señor es real, justamente real”
“Cuando nosotros celebramos la Misa, celebramos justamente la Última Cena. Vivimos de nuevo la Pasión y la muerte redentora del Señor. Es una teofanía: el Señor se hace presente sobre el altar para ser ofrecido al Padre para la salvación del mundo. La Misa no se ‘escucha’, se participa, y se participa en esta teofanía, en este misterio de la presencia del Señor entre nosotros”.
"La Misa, “es una conmemoración real, o sea es una teofanía: Dios se acerca y está con nosotros, y nosotros participamos del misterio de la Redención”. Lamentablemente, tantas veces en la Misa, contestamos el celular, miramos el reloj, “contamos los minutos”: “no es precisamente la actitud que nos pide la liturgia: la liturgia es tiempo de Dios y espacio de Dios, y nosotros debemos entrar allí, en el tiempo de Dios, en el espacio de Dios y no usar el celular ni mirar el reloj”:
“La liturgia es precisamente entrar en el misterio de Dios, dejarse llevar al misterio y estar en el misterio. Nosotros nos reunimos aquí para entrar en el misterio: esta es la liturgia. Es el tiempo de Dios, es el espacio de Dios, es la nube de Dios que nos envuelve a todos”.
“Hoy nos hará bien pedir al Señor que dé a todos nosotros este ‘sentido de lo sagrado’, este sentido que nos hace entender que una cosa es rezar en casa, rezar en la iglesia, rezar el Rosario, rezar tantas oraciones hermosas, hacer el Vía Crucis, muchas cosas bellas, leer la Biblia … y otra cosa es la celebración eucarística. En la celebración entramos en el misterio de Dios, en aquel camino que nosotros no podemos controlar: solamente Él es el Único, Él la gloria, Él es el poder, Él es todo. Pidamos esta gracia: que el Señor nos enseñe a entrar en el misterio de Dios”.
 radiovaticana.va







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