CUENTANOS GERARDO:
Desde este día pleno del eterno abrazo al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo y en comunión con María, la Reina de la Luz eterna, de la gran familia del cielo y de la tierra y de toda la creación; sentimos el palpitar de los milenios y los siglos, de los años, de los días y de las noches del mundo –tan tierno y pequeñito-, días de éxito, de gozo, de fiesta, de fe, de gracia, de vida y de virtudes; y noches de sufrimiento, de muerte, de confusión, de error, de hambre y sed de amor y de justicia, iluminadas por la dulce mirada compasiva y misericordiosa del Padre, por la sabia y liberadora voz de su Palabra, por el fuego y la luz de su Espíritu, por la brillante estrella de María y por los cirios de los bautizados que fieles a la Luz los conservan encendidos.
ADVIENTO
El mundo y “la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo” dice san Pablo (Romanos 8, 22-23).
Nunca desesperados los hijos de Dios, o desanimados de este mundo maravilloso que El ha puesto en sus manos como un hermoso regalo para transformarlo, perfeccionarlo y compartirlo. Y siempre con la esperanza de un mañana mejor, de un futuro glorioso, porque las manos humanas dotadas de excelente habilidad por quien con sabiduría infinita las creo, son cada día fortalecidas y renovadas por la Suma Bondad. Porque el futuro no es sólo el mañana del dulce hogar de esta tierra; sino el pleno y definitivo abrazo del Padre en su Casa, desde donde con ansias se asoma cada mañana para salir a nuestro encuentro.
Y cómo vivir temerosos en este mundo que pudiera parecer seco y frío, si ha sido regado con la lluvia, de la ternura con melodía de llanto, del recién nacido de Belén. Si ha sido encendido al rojo vivo desde la cruz del Calvario por El que ha venido la Salvación, la Resurrección y la Vida. Y ha prometido volver, y desea que en cada corazón y cada familia siempre sea Navidad.
INMACULADA CONCEPCION
“Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.” (Génesis 3, 15)
Y desde ese día comenzó el adviento; y desde ese día empezó a escucharse el ¡SI! de la Mujer; y desde ese día iniciaron los “ensayos” de los pucheros para preparar el llanto, del titiritar, de la sonrisa, de los primeros pasos de quien será el Niño del pesebre.
Y desde ese día corrían los pinceles de la pureza, la blancura, la belleza, la fortaleza, la gracia plena para concebir la Mujer de corazón inmaculado, la Reina y Madre de misericordia siempre Virgen, la Madre y maestra del Adviento, la vida, dulzura, esperanza, abogada y Perpetuo Socorro nuestro.
SANTA MARIA DE GUADALUPE
Nuestra Madre y Maestra del Adviento, con Jesús, el Sol de justicia en sus entrañas, viene al Tepeyac a preparar a los mexicanos en una activa espera como hermanos, expertos en organizar peregrinaciones y posadas llenas de villancicos, piñatas, confites y canelones… en una gran Nación, para abrir las puertas al Redentor.
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, no se turbe tu corazón, no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?”. (Nican Mopohua)
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? (Lucas 1, 43)
Desde entonces para el mexicano (2x)
Ser Guadalupano (2x)
Ser Guadalupano es algo esencial.
Ser Guadalupano (2x)
Ser Guadalupano es algo esencial.
DICHOSO QUIEN EN SU VIDA VIVE
COMO VIVIÓ MARÍA (bis)
SIEMPRE AMANDO A LOS DEMÁS,
SIEMPRE SIRVIENDO A LOS DEMÁS.
Santa María de Guadalupe, Reina de México: Salva nuestra Patria y conserva nuestra fe.
NAVIDAD
Recibamos la Paz del tierno rostro del Niño de Belén, de su dulce mirada, de su encantadora sonrisa. Démosle la posada de nuestro corazón, el pesebre de nuestra solidaridad, la cuna de nuestra caridad.
Digamos, cantemos con su cruz, con sus labios y su corazón: ¡Feliz Navidad!
FAMILIA
DOMINGO 26. LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ, Fiesta.
- JORNADA POR LA FAMILIA Y LA VIDA
Contemplemos el Amor, la Paz, el compromiso, la responsabilidad, la felicidad de la Sagrada Familia. Imitemos a Jesús, María y José. Ofrezcámosles el corazón de nuestro hogar, el vino de nuestra conversión y nuestra alegría porque piden estar presentes en nuestra vida.
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