Cuéntanos Gerardo:
Después del hermoso mes de María, que esta vez terminó con la celebración de la gran fiesta de Pentecostés, que nos inunda del Espíritu Santo, iniciamos el mes de junio con muchas fiestas y, entre ellas, la fiesta de nuestra Madre del Perpetuo Socorro, Patrona de nuestra Iglesia.
Hemos de agradecerle su Perpetuo Socorro para nuestras familias, nuestra ciudad, nuestros centros laborales, nuestras escuelas y todos los lugares en donde asisten nuestros niños para divertirse, descansar, ejercitar el deporte, recuperar su salud, sin olvidar los centros de catequesis donde sus catequistas y familias los acercan a Dios y a María, para que luego en nuestros templos vivan con gozo un feliz encuentro con nuestro mayor Amigo, Cristo Jesús, que da la vida por nosotros, expresándonos su verdadero amor desde la Cruz, la Resurrección y Pestecostés con el envío del mayor de los dones; El Espíritu Santo.
Celebremos con gran alegría la fiesta de nuestra Madre, como se ha venido preparando desde meses atrás. Descubramos las fragantes flores que hay detrás de la música y los cohetes: la vida misma de cada familia cristiana, la oración, el novenario y, especialmente los hermosos ramilletes de las primeras comuniones y las confirmaciones.
Después del hermoso mes de María, que esta vez terminó con la celebración de la gran fiesta de Pentecostés, que nos inunda del Espíritu Santo, iniciamos el mes de junio con muchas fiestas y, entre ellas, la fiesta de nuestra Madre del Perpetuo Socorro, Patrona de nuestra Iglesia.
Hemos de agradecerle su Perpetuo Socorro para nuestras familias, nuestra ciudad, nuestros centros laborales, nuestras escuelas y todos los lugares en donde asisten nuestros niños para divertirse, descansar, ejercitar el deporte, recuperar su salud, sin olvidar los centros de catequesis donde sus catequistas y familias los acercan a Dios y a María, para que luego en nuestros templos vivan con gozo un feliz encuentro con nuestro mayor Amigo, Cristo Jesús, que da la vida por nosotros, expresándonos su verdadero amor desde la Cruz, la Resurrección y Pestecostés con el envío del mayor de los dones; El Espíritu Santo.
Celebremos con gran alegría la fiesta de nuestra Madre, como se ha venido preparando desde meses atrás. Descubramos las fragantes flores que hay detrás de la música y los cohetes: la vida misma de cada familia cristiana, la oración, el novenario y, especialmente los hermosos ramilletes de las primeras comuniones y las confirmaciones.
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