VOCACION SACERDOTAL
“DIOS QUIERE QUE YO SEA SACERDOTE”
BEATO GASPAR
STANGGASSINGER
Sacerdote Redentorista
El
cabeza de familia se llamaba Gaspar Stanggassinger. Era un labrador acomodado y
propietario de una cantera. Hombre hábil y enérgico. Durante muchos años,
desempeñó cargos públicos a nivel local. A la vez, hombre de profundas
convicciones religiosas.
Crescencia Hamberger, era una muy buena esposa
y muy buena madre; de espíritu alegre y profunda piedad, gran creyente y
educadora cristiana de sus 16 hijos. De ella dirá más tarde nuestro Gaspar:
“Desde la infancia ella me supo conducir a Dios”.
Nace Gaspar el 12 de enero de 1871, en
Berchtesgaden, conocida aldea alemana, situada en el extremo Sur-Este de la
Nación y, por ello, perteneciente a la región de Baviera. Ocupa el segundo
lugar en una numerosísima familia de 16 hermanos. Es el mayor de los varones.
Lo bautizan el mismo día de su nacimiento. Dice, con gracejo a este respecto,
su biógrafo: “En aquel pueblo, no querían que un pagano pasara la noche entre
ellos”; y menos en el seno de aquella familia que era, de verdad, ejemplar en
lo humano y en lo cristiano.
El pequeño Gaspar comienza la escuela a los 6
años. Era un niño agradable, como cualquier otro, pero en él comenzaba ya a
despuntar un tesón y una responsabilidad poco comunes en tan tierna edad. De un
talento normal, aunque, unos años más adelante, encontrará dificultades para el
estudio. Los vencerá merced a su fuerte voluntad.
Desde muy pequeño siente el deseo de ser
sacerdote; lo mantiene siempre hasta llegar a alcanzarlo. Ya antes de los 9
años venía sintiendo y manifestando tal deseo, pero a esta edad nos encontramos
con un hecho que a muchos les puede sorprender. Es éste: en su diario nos
contará que algo muy especial le pasó mientras ayudaba a misa el 21 de
noviembre de 1880 (9 años), y escribe así: “Vocación sacerdotal. Dios quiere
que yo sea sacerdote”.
C Ss R
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