”La Vigilia Pascual”
Continuamos
en la fe y la esperanza nuestra preparación cuaresmal en la oración, la
penitencia y las buenas obras, para celebrar con gran alegría eclesial la
vigilia “madre de todas las vigilias”, la celebración más importante del año:
La Vigilia Pascual.
Verdadera
dicha para el hombre, contemplar y poder aceptar en el mundo los maravillosos
misterios de salvación que nos ofrece gratuitamente nuestro Padre Dios en su
único Hijo Jesús Nuestro Señor.
Nuestro
Redentor Jesucristo, cumpliendo fiel y puntualmente la voluntad de su Padre; en
cada mirada, en cada paso, en cada gesto, en cada palabra nos expresa y nos da
Amor. Y en la lanzada cruel a su costado, responde con la dádiva amorosa y
adorable de la sangre y agua de la eucaristía y los sacramentos de
santificación.
En
estos días santos, pues, que sin perdernos en el mundo banal y pasajero,
vivimos con asombro la misericordia abundante del Señor, Él llena nuestros
corazones de su Gracia Redentora y nos convierte en los hombres y mujeres más
felices del Universo, en los hombres y las mujeres más fuertes y vencedores del
mal y de la misma muerte, desde la humildad y sencillez de la cruz salvadora
del Calvario.
Desde
esa cruz, recibimos de su costado los sacramentos que nos dan vida y salvación
en la Iglesa nuestra Madre. Desde esa cruz en san Juan Apóstol y Evangelista
nos hace entrega del tesoro más tierno y dulce que es María, Madre de Jesús y
Madre nuestra.
Ella,
nuestra dulce y tierna Madre nos acompaña siempre y no deja de bendecirnos con sus
palabras llenas de confianza y amor: “Hagan los que Él les diga”.
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