24.7.10




Cuéntanos Gerardo:

¡Qué alegría, qué dicha en esta majestuosa gloria con el Padre!

A pesar de que el mundo del siglo XXI sufre grandes y dolorosas consecuencias por el pecado de los falsos valores (materialismo, “autosuficiencia”, relativismo) que han venido acumulando y sembrando corrupción, violencia e injusticia en los últimos siglos. El mundo apunta a reencontrarse en los auténticos valores de la fe, la esperanza, el amor que siembran justicia, solidaridad y fraternidad; y encaminan hacia la paz y hacia el futuro y el destino que el proyecto, la voluntad divina establece en comunión y responsabilidad con el hombre su creatura.

Destino y futuro que nos revela con gran belleza la Resurrección y la Ascensión del Hijo de Dios y que celebramos con profunda fe en la Eucaristía de cada día. Destino y futuro que nos muestra con alegre esperanza la Asunción de María la Madre de Jesús en cuerpo y alma al cielo. Destino y futuro que celebran la Iglesia y los redentoristas en la muerte para este mundo y nacimiento para la Vida Eterna de San Alfonso María de Ligorio.

Atrévanse queridos hermanos a mirar al cielo, -entreabierto siempre-, y descubrir con el Santo Espíritu hoy primero de agosto a San Alfonso, fundador de los misioneros redentoristas, glorificado y alabando por siempre al Santísimo Redentor. A María Santísima en una celestial recepción por la misma Trinidad Santa y todos los ángeles y santos que inició un quince de agosto y no terminará jamás.

Atrévanse queridos hermanos a mirar al cielo y caminar hacia él acompañados de María hasta llegar a este festín eterno.



Diez principios para mejorar la autoestima en la familia

Dr. D. Aquilino Polaino

agea.org.es

Diez ideas potentes para proteger tu familia de la rutina, el individualismo, la ruptura y las frustraciones.
1- Disponibilidad
Dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a atender a nuestros hijos y esposo/a. Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro.

2- Comunicación padres-hijos: que los padres hablen menos y escuchen más.
Si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.

3- Coherencia en los padres y autoexigencia en los hijos.
Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: “eh, ustedes, ayuden a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero. Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”. Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa.

4- Tener iniciativa, inquietudes y buen humor, especialmente con el cónyuge.
Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. El buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”. Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina.

5- Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros
Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano “bueno” con uno “malo”. Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.

6- Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona
Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando “campeón” a nuestro niño que nunca ha ganado nada. Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañado, eso sí. También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas cosas y no en otras. “Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”. Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.

7- Estimular la autonomía personal.
Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas. Es importante que lo entiendan los hijos. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hace buenos a nosotros. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros mismos, para mejorar nosotros.

8- Diseñar un proyecto personal.
No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es factible, uno tiende a volver a quedarse atrás. Has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos.

9- Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista.
Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

10-Elijamos buenos amigos y amigas.
El individualismo es el cáncer del s. XXI. Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet... El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los amigos comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!

Sin embargo, necesitamos más que nunca amigos humanos, personas, grandes y buenos amigos, con los que compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, amistades de verdad, que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti. Seleccionar amigos así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.

Una familia que trata de seguir estos principios contribuye a mejorar la estima en sus hijos y la autoestima en ellos mismos. Hay finalmente tres ideas más a considerar:

Según Chesterton, lo natural tiende a lo sobrenatural mientras que lo que no se sobrenaturaliza se desnaturaliza. Es cierto. Hemos de entender que la autoestima, el amar y el amarse, es sobrenatural. ¿Has pensado en cómo te ama Dios, en lo grande, lo sobrenatural de Su amor por ti? Piénsalo. Eres muy especial para Él. Cuando vivas este amor, comunícalo a tus hijos.
Buena parte del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir.
Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. Si luchas por tu vida familiar, no estás perdido.





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